sábado, 30 de mayo de 2009

El sanador de caballos


EL SANADOR DE CABALLOS
Lo que ha movido al autor a escribir este libro, ha sido su amor hacia los caballos y su mundo es decir sus enfermedades y cuidadores (albéitar, veterinarios o sanador de caballos).
Aunque el argumento principal gira en torno a una historia de amor difícil de llevar a cabo, debido al diferente rango al que pertenecen los implicados; de Diego Malagón que es plebeyo y Mencía, pertenece a la nobleza, y la madre de esta, Doña Teresa Ibáñez, como buena madre, busca un porvenir feliz para su hija, en la persona de Fabián Pardo, "Este le procurará bienestar, una inmejorable posición y una digna heredad"
Bueno Diego comparte su amor entre Mencía y su caballo Sabba, inseparable de Diego durante toda la historia, en la que supera batallas para librarse de los lobos y en las guerras para la reconquista del al-Andalus contra los almohades, en su busca de su hermana Estela en poder de estos, y de su amor Mencía.
El poder de los nobles era absoluto, prueba de ello es el matrimonio de Fabián con Mencía y la relación fallida de Estela con el califa Al Nasir, por lo cual esta es maltratada.También el saber esta accesible solo a los nobles y a los religiosos, para evitarse problemas"Prohibimos su acceso a quien no sea religioso o noble, tal vez para evitar que la gente de baja condición llegue a pensar mas de la cuenta"
Pero la historia tiene un final feliz, Alfonso VIII reconquista al-Andalus en la batalla de las Navas de Tolosa, y Diego es premiado por ello siendo nombrado Caballero Albéitar, y este también encuentra a su hermana Estela y a Mecía que ha quedado libre de Fabián Pardo, como no podía ser menos, ya que este ha tenido un accidente cayéndose de un caballo.
Francisco

miércoles, 27 de mayo de 2009

SIDHARTA, UNA LECTURA EVOLUTIVA

En el bicentenario de la obra más importante de Darwin, no cabe sino hacer un esfuerzo, desde el club de lectura, por comprender las profundas implicaciones a todos los niveles de la vida, de la formulación de una teoría que cambió, para siempre, la concepción de nosotros mismos y de aquello que nos rodea. Aceptando este ejercicio de comprensión, me he propuesto el más difícil todavía, hacer una lectura evolutiva de un libro sobre espiritualidad.

Entre la amplia gama de contenidos profundamente humanos que trata Siddharta, quizás sea, el valor de las imperfecciones humanas, la que pueda erigirse como hilo conductor de toda la obra. Es la búsqueda de la perfección el detonante que hace al protagonista iniciar su viaje vital a través de los laberínticos caminos de la espiritualidad, la religiosidad, los negocios, el amor y el sexo. En todas esas experiencias encontramos un esquema parecido: Atracción por la aparente excelencia de tales actividades, puesta en práctica y pericia, rozando la perfección, en su praxis y desengaño al comprobar que la perfección no es la fuente de la felicidad. La moraleja final está servida: La felicidad no se encuentra en la perfección. Nuestro protagonista solamente alcanza la felicidad cuando acepta sus imperfecciones y firma la paz con las del mundo.

La evolución, postulada por Darwin, nos hace víctimas de los mismos principios, somos, permítanme el símil, una casa reformada, vaya usted a saber cuantas veces, durante más de 3500 millones de años. Esto nos hace animales esencialmente imperfectos que, sin embargo, muestran una gran eficacia en según que empresas, y aun somos capaces de sorprendernos a nosotros mismos. Hay numerosas pruebas de nuestra imperfección debidas a nuestro pasado evolutivo; nuestros ojos y su punto ciego debido a que el haz de neuronas que transmiten las señales luminosas al cerebro, se encuentra en la parte contraria a la que un diseñador inteligente la habría puesto, El hipo, molesto problema relacionado con nuestro pasado como anfibios, y el riesgo de atragantamiento, como resultado de nuestro desarrollo del órgano que nos permite la capacidad de hablar.

La posición del aparato fonador en nuestra especie, que está situado en una situación muy abajo del cuello con respecto de otros mamíferos, nos permitió hablar y desarrollar el lenguaje extremadamente diverso que actualmente nos convierte en unas de las especies sociales más complejas, esto nos costó unas vías aéreas más largas que aumentan la posibilidad de atragantamiento, un problema que nos puede acarrear la muerte. ¿Merece la pena?.

Siddharta ataca frontalmente a las palabras, dice que son un medio de comunicación útil pero incompleto, que no describe la verdadera esencia de las cosas. La evolución nos enseña que el órgano que nos sirve para articular las palabras es también imperfecto, y esta imperfección nos puede costar la vida. A pesar de ello los poetas buscan la belleza y perfección en las palabras, y los lectores buscamos un rinconcito de felicidad en ellas.

Tanto la evolución como Siddharta llegan a la misma conclusión: somos esencialmente imperfectos, tan sólo nos queda aceptarlo y ser felices.
Ernesto.